¿POR QUÉ EL PROTESTANTISMO RECHAZA LOS DEUTEROCANÓNICOS? (2024)

Uno de los señalamientos protestantes, acerca de los siete deuterocanónicos del Antiguo Testamento, es que San Jerónimo, quien pasara más de veinte años traduciendo la biblia al latín, hasta crear la Vulgata, no quería que los siete libros deuterocanónicos formaran parte de la biblia. Lo cierto es que no solamente San Jerónimo expresó sus dudas sobre esos libros. Hubo varios teólogos de la época que no estaban de acuerdo en incluir esos siete libros en la biblia. De hecho, la razón para dudar sobre esos libros no fue por su contenido, sino por su autenticidad.

Pero he aquí la forma en que se hacen las cosas dentro del catolicismo: no se hacen por la decisión de un solo hombre, sino que se invoca el auxilio de Dios por medio de la oración, y se someten a un estudio entre todas las partes competentes, a fin de abordar el problema desde todos los posibles ángulos, hasta llegar a un consenso. Fue por eso que en el Concilio de Cartago en el 397 se aclararon todas las dudas sobre los siete libros y se aprobó el canon católico, con los 73 libros que actualmente tiene la biblia católica.

Muchos siglos más tarde, en el Concilio de Trento en 1546, se instituyó el dogma del canon bíblico, con lo cual ya nadie, ni siquiera la más alta autoridad del catolicismo puede atentar contra la integridad de dicho canon. Esto tuvo que hacerse debido al naciente protestantismo, en donde una de sus primeras manifestaciones fue la de pretender alterar el canon que se había mantenido intacto por casi doce siglos. Un solo hombre, Lutero, sin consultarlo con nadie, tomó la decisión de apartar los siete libros, y hasta tuvo intenciones de eliminar algunos otros libros, como el Apocalipsis y la epístola de Santiago, siendo esta última la que más contradice la anti bíblica doctrina protestante de la Sola Fides (Solo la fe).

El problema de los deuterocanónicos fue un problema de los judíos, nunca fue de los cristianos. Los judíos resolvieron su problema eliminando esos libros de su colección. Los cristianos no tuvieron problemas con esos libros durante unos doce siglos, hasta que el protestantismo apareció para desenterrar el asunto y forzarlo a ser problema del cristianismo, o más bien del protestantismo.

Los siete libros deuterocanónicos son rechazados y llamados «apócrifos» por el protestantismo. En algunos casos hasta llegan a usar la palabra apócrifo como si se tratara de algo execrable.

La palabra apócrifo proviene del griego, apo que significa lejano, y krypto que significa ocultar. Entonces si decimos que un libro es apócrifo, significa que contiene cosas ocultas, que no se ven claramente. Con el tiempo la palabra apócrifo ha adquirido connotaciones distintas, llegando a usarse en literatura para indicar obras cuyo contenido no es auténtico. En el ámbito religioso se usa para indicar un texto que no pertenece a un canon particular. Es de notar que la definición original de apócrifo puede aplicarse a la actual biblia, ya que esta contiene enseñanzas ocultas y simbolismos. Quizás por eso es que hay otra palabra que está empezando a verse poco a poco: extra canónico. Esta palabra viene a ser un mejor término porque retrata la verdadera condición de un libro que no pertenece a un canon.

¿Los siete libros son apócrifos o deuterocanónicos? Son deuterocanónicos. Se les llama así por las dudas que surgieron sobre su autenticidad, en tiempos posteriores a la definición del canon bíblico. Deuteros significa segundo o posterior, y canon, lista.

Los siete libros pertenecieron a la colección de libros de los judíos, por varios siglos, hasta que fueron retirados por los rabinos judíos a finales del siglo I. Sin embargo, permanecieron en la colección de libros escritos en griego, conocida como la Septuaginta, de donde después pasaron a formar parte de la Vulgata, la primera biblia, a finales del siglo IV.

Existen varios argumentos protestantes para rechazar los siete libros. Entre los más relevantes tenemos los siguientes:

No son libros inspirados, son escritos de simples hombres.
No son mencionados por Jesús o los apóstoles.
Contienen evidente hechicería.
Contienen malas enseñanzas.
Los judíos los rechazaron, por ende algo malo tienen.

Vamos a responder a cada una de esas cinco razones y veremos que al final terminan siendo solamente pretextos, sin ninguna base sólida que los pueda mantener.

1. NO SON INSPIRADOS, LOS AUTORES EXPRESAN DUDAS, POR LO TANTO SON SIMPLES ESCRITOS DE HOMBRES
Cuando leemos 2 Macabeos 15,37-38, el autor expresa inseguridad acerca de lo bueno que pudo haber quedado su escrito, además de dejar claro que el relato es suyo, lo cual el protestantismo toma para declarar ambos libros de Macabeos como «apócrifos».

Pero si leemos 1 Corintios 7,10-12, San Pablo claramente expresa su muy personal opinión, no la del Señor, acerca de los que se casen con mujeres no creyentes. También tenemos 1 Corintios 7,25 donde San Pablo expresa que no está seguro de que le escucharán, pero se acoge a la misericordia de Dios para que talvez escuchen su opinión personal sobre la virginidad.

San Pablo expresa criterios personales, dejando diáfanamente claro que no son inspirados por Dios en lo absoluto, y además refleja inseguridad en si le escucharán o no. Aun así, en el protestantismo, la Primera Carta a los Corintios sigue siendo tenida como un libro inspirado. Si las dudas o las opiniones personales deben tomarse como punto de partida para descalificar un libro del canon bíblico, entonces hay que desechar todas las cartas paulinas, ya que fueron escritas por un simple hombre que expresó opiniones personales e inseguridades en sus escritos.

2. NO SON MENCIONADOS POR JESÚS O LOS APÓSTOLES
Los siguientes libros del Antiguo Testamento no son mencionados por Jesús o los apóstoles: Esdras, Nehemías, Eclesiastés, Cantares. Si la medida es que por no ser mencionados por Jesús o los apóstoles entonces no son inspirados, esos cuatro libros del AT, que están en las biblias protestantes, deben ser desechados.

Por otro lado, si por ser mencionado un libro este debe ser tomado como inspirado, entonces tenemos las siguientes citas de libros de la biblia, en donde se hace mención de antiguos textos judíos y griegos, pertenecientes a libros extra canónicos. Hay citas donde mencionan incluso poemas. ¿Será que por ser mencionados en libros de la biblia, entonces todos esos escritos son inspirados y deben ser integrados al canon?

Hebreos 11,37: Cita algo que se encuentra en «El Martirio de Isaías», un libro extra canónico que narra eventos ligados a la muerte del profeta Isaías, a manos del rey Manasés.

Judas 1,9: Cita algo que está en «La Asunción de Moisés», otro libro extra canónico sobre eventos alrededor de la asunción de Moisés.

Judas 1,14-16: Cita algo que está en el «Libro de Enoc», otro libro extra canónico.

Hechos 17,28: Cita el poema «Fenómenos», de Arato, un poeta que vivió hasta el siglo III A.C.

1 Corintios 15,33: San Pablo cita una frase de Menandro, un poeta griego que vivió hasta finales del siglo III A.C.

En cuanto al argumento de que los deuterocanónicos no son citados en los libros del Nuevo Testamento, tenemos algunas citas, de las muchas que hay, que demuestran que eso es una total falsedad.

Apocalipsis 8,2 habla de los siete ángeles delante de Dios. Eso puede leerse únicamente en Tobías 12,15

Apocalipsis 21,9-21 cita Tobías 13,16-18.
1 Corintios 2,11 cita a Judit 8,14
San Lucas 1,42 cita Judit 13,18
1 Corintios 6,2 cita Sabiduría 3,8
Hebreos 1,3. San Juan 1,9. Colosenses 1,15. Las tres citan Sabiduría 7,26
Santiago 1,19 cita textual de Eclesiástico 5,11

San Mateo 6,14 cita Eclesiástico 28,2. Cabe destacar que la cita de San Mateo muestra al propio Jesús citando un libro que los protestantes tienen como «apócrifo».

San Juan 1,14 cita a Baruc 3,38

3. CONTIENEN ACTOS DE HECHICERÍA (LA QUEMA DEL CORAZÓN Y EL HÍGADO)
En Tobías 6 leemos acerca de cómo el ángel Rafael se hace pasar por un simple mortal, de nombre Azarías, y le recomienda a un joven que guarde la hiel, el corazón y el hígado de un pez, ya que la hiel sirve para curar males de la vista, y el corazón y el hígado, al quemarlos, el humo ahuyenta para siempre a los demonios. Lo de la hiel y la quema del corazón y el hígado del pez es el principal argumento de supuesta hechicería, con lo cual el protestantismo descalifica el libro de Tobías.

Ese episodio donde se quema el corazón y el hígado del pez solamente muestra las creencias de los pueblos de aquel tiempo. Hay que notar que el ángel aún no se había identificado como tal. Se estaba haciendo pasar por un oriundo de esos lugares, demostrando el conocimiento de las costumbres y creencias populares de aquellas gentes.

Los protestantes dicen que Jesús no enseñó a expulsar espíritus malignos de esa manera, y que por lo tanto ese libro es de «evidente hechicería». Pero entonces leamos lo que dice 1 Samuel 16,14-19,23. Ahí dice que al rey Saúl lo atormentaba un espíritu maligno, y que David, al tocar música con su cítara, alejaba al espíritu malo y entonces Saúl lograba sentirse en calma y bienestar. Eso lo leemos en un libro que forma parte de cualquier biblia, sea católica o protestante.

Claramente Jesús nunca enseñó que un espíritu maligno puede ahuyentarse con música de cítara, sin embargo por alguna razón nuestros hermanos protestantes no han desechado los dos libros de Samuel, a pesar de contener «evidente hechicería».

4. SON LIBROS QUE TIENEN MALAS ENSEÑANZAS, COMO LA MENTIRA (JUDIT)
El argumento para desechar el libro de Judit es que enseña a mentir y a engañar. Si ese es el argumento, entonces hay que desechar el libro del Génesis, por mencionar uno de los que actualmente se encuentran en el canon bíblico, porque en ese libro encontramos nada menos que al padre Abraham, mintiendo, y haciéndose pasar por solamente hermano de Sara, para que no lo maten (Génesis 20).

También tenemos a los hijos de Jacob que inducen a los varones del pueblo de Jamor y Siquem a circuncidarse, con el fin premeditado de inhabilitarlos para el combate. Al tercer día de haberse circuncidado, cuando las heridas dolían mucho más, todos los varones, incluyendo a Jamor y Siquem, fueron exterminados fácilmente por solamente dos israelitas (Génesis 34). De nuevo vemos las figuras de la mentira y el engaño en un libro que está presente en cualquier biblia, sea católica o protestante.

Otro pasaje del Génesis que, según los motivos protestantes, bien puede ser considerado como una mala enseñanza, es donde leemos que las hijas de Lot emborrachan a su propio padre, para tener relaciones sexuales con él y quedar embarazadas de Lot (Génesis 19,32-38).

Si nos centráramos en solamente «buenas enseñanzas», entonces habría que eliminar casi todos los libros de la biblia, porque en casi todas las escrituras encontraremos a la Palabra de Dios denunciando las fallas y miserias de aquellos que fueron el pueblo escogido de Dios.

5. RECONOCEN MÁS LA AUTORIDAD DE LOS RABINOS JUDÍOS QUE LA DE LOS SUCESORES DE LOS APÓSTOLES
Sobre este argumento algunas corrientes protestantes dicen que si Israel, el pueblo elegido de Dios, al cual Jesús pertenecía, decidió eliminar esos siete libros fue por una buena razón, y por eso ellos siguen la autoridad de los judíos.

Los rabinos judíos dieron en sacar los siete libros deuterocanónicos de su colección de libros para mantenerlo puro, con solamente las doctrinas hebreas originales. Por eso descartaron todo libro escrito después del profeta Esdras. Cuando hicieron eso también proscribieron todos los libros que actualmente componen el Nuevo Testamento. Y también proscribieron a Jesús, al cristianismo y a todo aquel que se identificara como cristiano.

Hay que notar que los protestantes le dan más autoridad a quienes persiguieron a Cristo, que a los apóstoles, que a los sucesores de los apóstoles, y que a todos los que reconocieron a Jesús como el Mesías.

Los rabinos judíos de aquel tiempo, además de proscribir el cristianismo, rechazaron rotundamente a Jesús, lo catalogaron como un simple bastardo, hijo de una campesina cualquiera de Nazaret. Si esas corrientes protestantes reconocen como máxima autoridad a los rabinos judíos de hace casi veinte siglos, entonces también comparten el mismo criterio sobre quién es Jesús y quién es su madre. No se puede reconocer solamente la mitad de la autoridad rabínica judía. Si están de acuerdo con una parte, entonces están de acuerdo con todo, sin importar lo mucho que no les guste.

Como puede verse los argumentos del protestantismo son solamente pretextos, que no presentan bases de ninguna clase para contar con la autoridad para desechar libros de la biblia. Simplemente los excluyen porque contradicen sus doctrinas, y al hacerlo emulan al mundo, que rechaza de tajo a toda la biblia entera, ya que esta contradice y denuncia las prácticas pecaminosas en que se mueve el mundo.

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